He visto de nuevo el rostro animal de mis amigos cuando disfrutamos de la compañía, de cierta manera la alegría de vivir de los niños que conozco en colegios rurales, abalanzándose sobre mí para ver sus imágenes en mi cámara, los ojos de mis gatas y el Amor como los ojos de esta alpaca inocente que me ha mirado, me ha desanudado, me ha sentado en Huch´uy Rimaqpampa obligándome a escribir esos dos inmensos ojos volcánicos de universo negro como el hoyo mismo de agua donde bebemos alejados de la retórica humana.
Paralelamente la lluvia me libra del peso solar y en el plexo me enseña la magnánima posibilidad de empezar siempre.
inicio 
los ojos de los niños que se abalanzan y también son negros seguro como los de la alpaca, como ese ho-yo fuera de la retórica humana que es negro negrísimo y apenas nos atrevemos a asomarnos porque entonces no tendríamos a qué agarrarnos ni fórmulas para expresarnos sería todo silencio y el silencio asusta porque ¿se puede pensar sin retórica humana? ¿cuál sería el pensamiento? no puedo decirlo porque decir ya es retórico y tú has tenido la suerte de sentarte porque una alpaca te lo ha pedido sin retórica, te ha sentado y te ha mostrado sus ojos negros sin retórica.
afortunado.
pues desde la virtualidad invoco a reinventar la retórica y junto con ella nuestra instituciones, actitudes, gestos inspirados en el ho/yo o no/yo y más bien, nosotros… partículas de amor mundo…
á bientot!