la escucha de esta última batalla serpentina (Nothing to say, 2008) ha coincido con mi re-visión de blade runner y mad max. ahora, influenciado tal vez azarosamente, a mí se me hace Nothing… como el decir de un paisaje desolador en el que voraces bocinas se extinguen, otras progresan y aplastan entre los esqueletos de nuestras adoradas máquinas. un futuro que desde pequeño he visto sin cesar consciente e inconscientemente.
esta alucinación puede hallar un correlato? No lo sé. No interesa. Yo me llevé la Serpentina en mi viaje al altiplano y me tocó vivir una narración particular del disco. algo de futuro desgastado y de policial, algo de limítrofe y toda vez progresivo que me persigue curiosamente atravesando estos hielos que serán los postreros en mi película de último evangelio humano.
en Kommune I llueve el ácido sobre mí, este frío que veo cruzando la carretera, en formas materiales, veo las gotas ametralladas en los cristales. La caspa blanca inerte y la banda sonora.
vuelvo a la ola aterradora de mis principios, una neblina de lima o de nueva lima o fuera de lima.
y aún cuando el sol llega tengo una estalactita clavada en el omóplato pero sigo corriendo/escribiendo/escuchando, sin mover el brazo.
-Jallaywa!- gritan los gases y láseres laceran los cuerpos metales…
pero Cielos encontrar la tensión resultado de una esperanza: un niño maduro esgrime su lanza en una luz porque la luz es señora del reptil y su ícono.