Mare Bú azotó el látigo de fuego aquel de su lengua mientras contemplaba las estructuras metálicas que decenas de hombres armados armaban cerca de su madriguera:
-¡Graderías rojiblancas, Perú Bú! ¿Puedes tú explicar estos retruécanos patrios?
-Sentados allí, nobles, encomenderos, malinches, felipillos, capitanes de barcos de papel, aviadores de a pie, esclavos sin ejercicio, posarán sus posaderas alrededor de Nerón Estrellado, saludarán sus juguetes bélicos arrastrados por soldados sin guerra pero con mucha ceguera.
¿A santo de qué?- pronunció la mujer de Perú Bú haciendo sonar sus caderas.
-Por mi Mare, mujer desmemoriada como tu marido, ¿no recuerdas acaso que a mitad de año, en este país que debiera ser naciones, simulan la fiesta de su independencia: sueñan que derribaron regímenes, imaginan su flamante libertad importada, sacan a pasear sus momias caudillos, beben, viajan y comen para desconocer a sus prójimos y aprender cómo lavarles a ellos también las cabezas?
-Algo se refleja en mi mente… Creo que es menester olvidarlo de nuevo.
Haces bien Mare mía, en olvidar fiestas fantasmas… Yo también me pregunto: ¿Independientes de qué? ¿De la mueca occidental de España? ¿Del gesto abominable de un águila calva? ¿De las minas llagas ambientales? ¿los adrianos de la pesca? ¿Nuestro nombre no sigue siendo escudo de armas? ¿La lengua de nuestro Hombre no ha sido ya cercenada?
¿Somos independientes de nosotros mismos?
¿El cuerpo de Amaru, Tambohuacso, Catari, no sigue siendo despedazado en manos de nuestro propio orden enfermo?
Los héroes por recordar deben ser blancos militares que nos pasean en las narices sus mafiosos tanques, sus barcos cocainómanos, que filman a hurtadillas mujeres que no pueden poseer y que sueñan con la sangre de una guerra que no se avecina, de lo contrario son terroristas serranos, parecen decirnos las autoridades con su teatro popular y quijotesco al arrancar una bandera que parece asustar por su similitud con símbolo subversivo (¿alguien se acordó de Velasco?).
Un triste vecino sin espejo, aspirante a gringo se orina los pantalones ignorantes y revela el contenido de su cerebro: Empleada (indio) =Túpac Amaru = Terrorismo (Lori se mudó a mi edificio).
El Perú que celebra este Cónsul no se escribe, está vivo en pongos recónditos, es hablado por unos cuantos, fue momificado bajo tierra, aguardando a quien se atreva.