La idea de hackear a Ikea surgió en la red. Samuel N. Bernier le lanzó el guante a Andreas Bhend y se reunieron un par de días en París para transformar un clásico del clásico de la furniture sueco, Ikea, el banquito Frosta en una bicicleta.
Si tienes una impresora 3D y, claro, un par de banquitos estos… puedes seguir las instrucciones desde aquí y construir la Draisienne: