El doctor Edmundo Escomel Hervé publicó en París, en 1908, el pequeño libro Arequipa et sa physionomie climatérique del que extraigo el siguiente sugerente pasaje sobre la famosa «nevada» arequipeña.
Muchas veces al año, la atmósfera de Arequipa presenta un estado particular, del cual no se ha dado cuenta lo suficiente. Ha sido estudiado por los doctores Lorena y Corrales Díaz y por el señor Marchant, ex director del observatorio salesiano. Es conocido como «nevada», apelación extraña aunque popular y que no obedece en nada a su significación, es decir, el acto de «nevar» puesto que la nieve jamás cae en las «nevadas» de Arequipa. Desde el punto de vista patológico, la «nevada» se caracteriza por un estado atmosférico que actúa sobre una gran cantidad de habitantes de la ciudad produciéndoles un estremecimiento que se traduce tanto por una excitación como por una depresión del sistema nervioso.
Este estado se calma o desaparece con las lluvias o las tormentas, aunque estas últimas caen más bien a varios kilómetros de la ciudad, en particular en las montañas del norte o noreste.
Es necesario recalcar durante estos días que los individuos están cargados de electricidad, a tal punto que es muy fácil hacer brotar chispas frotándose los cabellos con un peine y si se toma un pequeño gato por las cuatro patas y se frota vigorosamente su lomo contra una frazada de piel de vicuña, se ve crepitar una chispa como si se tratase de una botella de Leyden.
Todo esto de acuerdo a las teorías formuladas hasta el momento sobre la naturaleza de las «nevadas», pero, lo repito, la última palabra no ha sido pronunciada y no lo será sino luego de nuevos estudios con aparatos de observación más perfeccionados que aquellos de los que disponemos en la hora actual.
Edmundo Escomel. Arequipa et sa physionomie climatérique. París, A. Maloine, 1908. [Trad. Carlos Estela]

Edmundo Eusebio Escomel (Arequipa, 1879 – Lima, 1959) fue hijo de Pierre Escomel, natural de Lyon (Francia) y Carolina Hervé. Miembro correspondiente de la Sociedad Anatómica de París. Publicó varios títulos sobre la enfermedad de Carrión, la fauna arequipeña, las termas de Yura y uno que inquieta nuestra curiosidad: «La escupidera pública como elemento de defensa social eficaz» (Madrid, 1920)