Según proverbio popular, Lima es el paraíso de las muje
res y el purgatorio de los maridos; en efecto, la limeña es una soberana cuyo imperio es indiscutible, y no es indigna de la influencia que ejerce. No sabríamos alabar suficientemente su espíritu natural, su elocuencia satírica e inacabable, su gracia innata, su amabilidad, la vivacidad de sus aires, la elegancia de sus maneras, el fuego de sus miradas, sus pies encantadores, su mano de niña y su abundante cabellera negra.
Ernest Grandidier. Voyage dans l`Amérique du Sud. 1861