«Un artista de circo, un malabarista, no puede aprender a tirar las pelotas en el aire si antes no las ha recogido del piso muchas veces.»-nos dice Geraldine Sakuda, Directora Pedagógica de La Tarumba cuando conversamos de todas aquellas cosas que el circo nos puede enseñar para enriquecer nuestra vida: olvidarnos de la vergüenza, esforzarnos hasta nuestros propios límites, trabajar colaborativamente, conocer nuestras posibilidades físicas, entre otras. Como veremos en esta nota, el circo incluso puede ayudarnos a conseguir trabajo.
Así es. Quizás no lo sabías pero La Tarumba –toda una institución del circo en Perú-, desde hace tres años desarrolla aquello que llaman circo social, una alternativa para mejorar la empleabilidad y el emprendimiento en los jóvenes.
A la fecha, ya son cientos los chicos y chicas que han sido becados para cursar estos talleres de tres meses que los preparan en los aspectos básicos del circo, la música y el teatro.
Seguramente ya te estás preguntando cómo funciona todo esto.
Del circo al trabajo
Cuando comenzamos a aprender algo, es casi obligatorio equivocarnos. Nadie nace sabiendo. Pues bien, en el circo debes enfrentarte constantemente a las equivocaciones. Se trata de trabajo duro, de persistencia, de olvidarnos bastante de la vergüenza (esenciales en la enseñanza), pero también se trata de saber trabajar en equipo, ser responsable, organizarse, confiar, crear en conjunto.
Todas estas habilidades se desarrollan casi como jugando (una de las formas más eficientes para generar aprendizaje significativo), de manera transversal, en las clases bajo la carpa. Sin embargo, los participantes (todos becados) también son formados en la redacción de su currículo vitae, procesos administrativos, tributarios, entre otros.
Asimismo, como nos cuenta Patricia Frías, Coordinadora Nacional del proyecto, cosas tan sencillas como ser estrictos en la asistencia y puntualidad demuestran a los chicos que hay un interés por sus personas, al tiempo que los hace caer en cuenta de que la oportunidad que tienen ellos no la tienen otros así que… hay que aprovecharla al máximo.
Circo social
Esta hermosa experiencia está sucediendo aquí en Perú pero también en Argentina y Chile donde organizaciones semejantes, también con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo, se encuentran implementando metodologías similares que tienen el objetivo de ayudar a la inserción de los jóvenes, principalmente de zonas desfavorecidas, en el mundo laboral.
Al mismo tiempo, La Tarumba se encarga, de alguna manera, de mediar entre los jóvenes, las organizaciones populares a las que pertenecen y también con las empresas que buscan trabajadores con las cualidades que son desarrolladas en los talleres.
No queremos extender más este preámbulo. Escuchemos a los protagonistas de esta aventura y constatemos una vez más que el arte es un vehículo muy poderoso para aprender.