Estudiosos surafricanos descubrieron restos de marihuana en algunas pipas empleadas por William Shakespeare a través de sofisticados métodos forenses.
Fueron en total 24 fragmentos de pipas (¡de 400 años!) en las que se encontró, además de cannabis, cocaína proveniente de hojas de coca “peruanas” aseguran el Independent; producto probablemente introducido en Inglaterra por el corsario Francis Drake.
Ya empiezan a hilvanarse conjeturas sobre las relaciones entre el acto creativo de la máxima pluma inglesa y el consumo de estimulantes. El artículo refiere el Soneto 76 en el que Sir Will escribe sobre “invention in a noted weed”. Aquello que ciertamente nos preocupa es si la tremenda imagen del dramaturgo se verá afectada por este supuesto hábito. Sin embargo, a William lo que es de William.