
Foto: Flavio Montes
Ayer culminó el taller (cuatro jornadas intensísimas) con Hugo Pardo de la Outliers School -una suerte de abeja que poliniza ideas a lo largo de Latinoamérica y cruzando el charco- y todo el equipo de PerúEduca junto con otros colegas del Ministerio de Educación.
Hugo y Cristóbal Cobo (vía Skype pero dulce y certero igual) nos zambulleron al Design Thinking y, la verdad, nos “arrancaron” las ideas que andaban rondando por allí, medio moribundas y nos ayudaron a amarrarlas con nuevas que consigan hacer crecer estrategias que andaban débiles.
La energía desplegada por Pardo es alucinante; llegada la hora del cierre cada día estaba tan fresco como al comenzar. Con ese mismo élan aprieta justo donde se debe la espuela para que los prototipos aterricen.
Todavía mi cabeza sigue procesando efervescente después de las dinámicas que trabajamos y nos dejaron extenuados pero, así como cuento, al igual que una alka seltzer. Vienen ideas psicodélicas y sociales, abiertas, promiscuas en el mejor sentido del gozo y la algarabía del nacimiento.
Esto se puede convertir en un vicio. Espero que mis compañeros durante estos días también compartan esta adicción. Sin lugar a dudas, estamos embarazados de ideas.