No pasar a las tumbas

decolonialismo

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De espaldas a las ventanas trato de imaginar el panorama desprovisto de concreto, de calaminas, de pintas políticas e incluso de especies extranjeras. El río reaparece. La magnitud de las montañas alcanza la pose épica que la distracción cotidiana de nuestra civilización esconde inconsciente.

Trato de ver con los ojos de los muertos que descansan detrás de mí, en los orificios registrados por mano humana. Esta gran roca que los antiguos Cajamarcas eligieron cual morada eterna.

Me comen los moscos mientras contemplo este panal. Visto de hipótesis el vacío de las cavernas, supongo la comunicación entre las cuevas artificiales. Me pregunto por esta cultura volcánica, añado pencas, tunas, musgos que seres semejantes consideraron desde siempre en su arquitectura cósmica por su dominio del espaciotiempo. Regreso. Dejo en alto las tumbas. El enigma seguirá lo que soy aquí en Otuzco.